miércoles, 19 de febrero de 2014

Aventuras sobremesa, menú especial para participantes

¡Hola chavales!

Como ya sabréis, el próximo día 22 de Febrero celebraremos una jornada de jeugos de mesa en El Gato de Tres Patas (Ronda Pescadería 27), evento al que estáis todos más que invitados. Pues si una vez allí os dais cuenta de que el hambre es un impedimento para seguir disfrutando de los juegos de mesa que os tendremos allí preparados, tenemos la solución: en el Gato han pensado en todo y nos ofrecen este pedazo de menú a los participantes:

Un primer plato a elegir entre:
- Tallarines a la carbonara
- Ensalada césar
- Arroz al curry con verduras

Un segundo plato a elegir entre:
- Pizza barbacoa (pollo, carne y salsa bbq)
- Hamburguesa de ternera con bacon, queso y patatas fritas
- Pechuga de pollo a la mostaza

Postre o café

Bebida (refresco, cerveza, tinto de verano, agua)

Todo ello por... 10€ de nada!! 3 botes de pintura citadel! 

¡Y además descuento de 0'20€ en refrescos y cañas y de 0'50€ en jarras y cervezas de importación!












Juegos de mesa, buena compañía, pizza barbacoa y descuento en jarras de cerveza, ¿qué más se le puede pedir a la vida?

miércoles, 5 de febrero de 2014

Torneo Infinity 22/2/2014

TORNEO "INVASIÓN INFINITY"


El sábado día 22 de Febrero la asociación Habemus Ludum de Alcalá de Henares, con la colaboración de Invasión Talavera, organiza su torneo invernal de Infinity. El torneo será baratito, moderadamente competitivo y se jugará con el novedoso sistema YAMS.

* * * Transmisión estandar HVZ * * *
Fijada la posición de remotos auxiliares.
Encontrado enlace genérico a ComLog AEleA.
Enviada unidad de Hellcats para limpieza.
* * * Transmisión enviada * * *

Para más información, ir al foro de Habemus Ludum.

lunes, 3 de febrero de 2014

Ejércitos de la Campaña de los Reinos Fronterizos - Ejército Funerario de Hilenkemón

Hola compañeros,

Recientemente algunos miembros del club han comenzado una campaña de warhammer fantasy, basándose en el mapa de los reinos fronterizos

En este blog os iremos presentando como avanza dicha campaña y los ejércitos que participan en ella. 

En primer lugar tenemos a los Reyes Funerarios de Wallace, comandados por el príncipe funerario Hilenkemón. El propio Wallace nos presenta su trasfondo:


CAPÍTULO 1: HILENKEMÓN, EL FARAÓN QUE RETORNARÁ A LA EDAD DE ORO

Más allá de las tierras yermas, donde las tormentas de arena y los espejismos tapan la visión de un paisaje desolado por el calor, el paso del tiempo y la muerte, se alza un basto territorio desértico y hostil para la vida, cuan horroroso para el viajero que erra en su retorno por encontrar el camino de vuelta al hogar entre las dunas de la amarilla e hirviente arena que refleja la luz del sol mostrando imaginarios parajes a sus asistentes o emanan, desenterrados por el viento, los huesos de los hombres perdidos y de los animales que los acompañaban que brillan como si hubiesen sido pulidos y colocados allí después. Donde los espesos bosques de las tierras salvajes al norte desaparecen y comienza el cambio de vegetación a uno más escaso y seco adaptado por este duro clima caluroso en el que la escasez de agua es importante para su desarrollo.

Miles de años atrás, mucho antes de la aparición del gran nigromante Nagash, ni de que se construyeran las primeras pirámides, mucho antes de que se formase El Imperio al norte y de que los hombres se organizasen en tribus en aquellas alejadas tierras, mucho antes de que ningún otro pueblo se asentase en estas inhóspitas tierras donde para levantar una ciudad es necesario un sistema de abastecimiento de agua de canales muy desarrollados y de profundos pozos para extraerla. Se solían construir ciudades amuralladas con grandes bloques de piedra extraída del corazón de la montaña, obtenida a larga distancia del lugar de destino y tallada y trabajada para cuando sea colocada para formar el muro encaje milimétricamente y sin argamasa. Las construcciones de estos pueblos eran colosales, ya que se pretendía dar una imagen de esplendor y grandeza a los edificios más allá de su funcionalidad. Como costumbre, las viviendas eran rodeadas de elaborados balcones con arcos de medio punto de los cuales colgaban plantas de todo tipo, conseguidas de lugares más húmedos, que se enredaban entre ellas y formaban preciosos jardines colgantes considerados por muchos una auténtica maravilla. En esta parte del mundo se erigía uno de los reinos más espléndidos y avanzados de su tiempo, Khemri. Era el reinado de los reyes-dioses conocidos como los faraones al sur del viejo mundo, amantes del oro, de la guerra y del poder.

Hace más de diez mil años, estas tierras estaban divididas en pequeños territorios gobernados desde una ciudad capital en cada uno de ellos y cada uno tenía uno o varios reyezuelos o gobernadores. Estos estados eran independientes y normalmente entraban en  guerra los unos con los otros por intereses comerciales, económico y principalmente por el poder de gobernar a todas las regiones. Decir que en aquellos territorios existía el comercio era decir mucho. Aún así les unía una lengua común a todos ellos que era el Naharák, lengua evolucionada del antiquísimo  Nahó   habado por los primeros hombres, aunque se hablaban diferentes dialectos en algunas partes del noreste y del sur, y una religión del culto al rey divino, todopoderoso y omnipresente que era seguida por todos los pueblos. Se pensaba que el origen de la dinastía real era de procedencia divina, y que gobernaban sobre el resto de los mortales gracias a sus poderes para controlar el clima, el sol, la luna y la materia. Todos los reyes compartirían un antepasado común de procedencia celestial. Principalmente había dos regiones de pueblos más importantes, al note estaba Convon, con sus ciudades estado técnica y científicamente más avanzadas, cuna del gran impero que vendría después y ubicado en la mejor región por la cantidad de metales que se encuentran en el interior de sus cordilleras; y al sur Neherata, con sus ciudades estado de los guerreros más letales, curtidos en miles de conflictos y siempre buscando un lugar de asentamiento mejor alejados de las tormentas de arena y el calor del fin del mundo, como ellos conocían al sur del continente. Más allá de sus dominios la vegetación devoraba a la ardiente arena del desierto y se levantaban espesas junglas. Las leyendas dicen que estas tierras están pobladas por hombres cubiertos por escamas y de aspecto reptiliano que pueden respirar debajo del agua y que se alimentan de niños. Se pueden ver en la distancia y entre la jungla las antiquísimas pirámides de los primeros hombres, y se dice que allí habitaban estos hombres lagarto. Aún así quedaban pequeños reductos  de ciudades no alineados con ningún bando tanto al norte como al sur, pero ninguno de ellos destacado en algún arte concreto. Se trataba de pueblos de menor interés, totalmente discriminados por cada uno de los dos pueblos por no aportar más que gastos para su infraestructura política y militar.

Mientras las ciudades más importantes de la región de Convon entablaban alianzas para repeler un posible ataque de los Neheratos, el pueblo más belicoso de todos ellos, un joven  rey llamado Tolenkemón, rey de los Imrolianos, un pueblo bastante rico en oro, hierro y piedras preciosas ubicado al noroeste, decidió no aliarse con ningún reino vecino norteño, siendo el único reino importante en no pertenecer a la liga convoniana del norte, quedando así como un bocado en el mapa que se acababa de dibujar. El rey tenía dos esposas, la reina principal era su propia hermana, y la segunda reina, con la que tuvo un hijo que se convertiría en su príncipe heredero. Su producción principal comenzó a ser el armamento militar, entre otros productos comerciales. De esta manera mantuvo un comercio muy intenso con los neheratos y los convonienses, que no paraban de comprar armas los unos y los otros para estar prevenidos de un posible conflicto futuro. En Imrol se desarrollaron los estudios tecnológicos, la arquitectura, el arte y  la magia debido al gran interés que despertaban en el rey, que comenzó a estudiarla con gran asiduidad. Hizo llamar a un sacerdote llamado Leterias, procedente de tierras muy al oeste, que algunos dicen que viene de más allá del mar angosto para obtener gloria y fama gracias a la riqueza de Imrol, y comenzó a enseñar al faraón la magia de la no muerte, entre otras disciplinas. Leterias estudió muy posiblemente en alguna escuela élfica, pero esto nunca llegó a saberse con certeza. La vida eterna podría llegar a alcanzarse si se conseguía el suficiente conocimiento en este campo de la magia. Estuvieron practicando durante mucho tiempo, se abrieron distintas escuelas de magia en el reino y parecían estar consiguiéndolo, pues era notable que su envejecimiento era más lento de lo normal, y decidió escribir junto con su sacerdote celosamente un libro donde recogerían todos sus avances en la magia de la no muerte. Este libro estaba custodiado por la guardia real del faraón, y estaba penado con la muerte el hecho de solo verlo, ya que se encontraba en la cámara más oscura del templo sagrado de Imrol. Comenzaron a hacer experimentos mágicos con distintos animales, como por ejemplo los gatos, muy comunes en la región y que consideraban de origen divino. Consiguieron prolongar su vida de manera asombrosa, hasta el punto que el animal aún en huesos, después de pudrirse y devastado por las moscas y los gusanos seguía con vida.

Y combinando la magia con su habilidad para producir tan perfecto armamento, mezclaron sendas artes y crearon un arsenal de armas con poderes sobrenaturales. Forjaron espadas cuyo filo perduraría durante milenios, corazas imprenetables y escudos de bronce que soportaban la carga de una lanza de caballería. La joya principal del faraón era su máscara de oro, capaz de detener el corazón a aquel que osase mirarla durante más del tiempo debido. Se decía que era capaz de robar el alma de aquel que la mirase y sumirlo en una profunda sombra para el resto de sus días. La máscara era de una sola pieza, y cuando el faraón la llevaba puesta emanaba una luz de color verdoso, muy intensa, que hacía pensar que más que un hombre, debajo de aquella máscara había una lámpara que trataba de proyectar su luz por el hueco de los ojos.

Llegó un momento en que el rey representante de la Liga Convoniana pidió audiencia al faraón Tolenkemón para convencerle de que dejase de vender armas a los aguerridos y belicosos sureños. Tolenkemón declinó tal petición y manifestó su intención de seguir comerciando con sendos bandos. La gloria de Imrol estaba en su momento cumbre y no quería permitirse el hecho de perder su poder económico de esta manera. Los convonianos no podían soportar la idea de que sus rivales pudieran tener mejor armamento que ellos ni mayor cantidad de soldados, así que decidieron atacar Imrol para saquearla y obtener un punto de ventaja con los Neheratos. Prepararon un ejército de trescientos mil soldados y sus mejores máquinas de guerra y partieron prestos a atacar Imrol.

El ataque fue una sorpresa, y no pudo ser repelido por los imrolianos, que no pudieron hacer otra cosa sino contemplar la devastación de su casa y la conquista de su pueblo, ahora esclavo de los convonianos. El faraón ocultó a su hijo Hilenkemón y a sus dos esposas a tiempo, antes de que los soldados pudiesen entrar al templo y consiguieron escapar en un carro escoltado por un destacamento de los carros imrolianos, conocidos por ser los más veloces del mundo conocido. Seguramente llegaron a Jorigar, una ciudad alejada y aislada donde los soldados que la guardan alquilan sus espadas al mejor postor, pero su paradero desde entonces fue incierto y no se volvió a saber más de las reinas ni del niño príncipe.

Tolenkemón y su sacerdote Leterias, junto con la gran guardia del rey, lucharon con gran valentía utilizando la magia conocida. Masacraron a una parte del ejército atacante, y los que no cayeron contemplaban horrorizados el poder de aquella magia poderosa, pero no fue suficiente para frenar el asedio. Al acabar la batalla, fueron prendidos y ejecutados en el foro de Imrol. Desde los balcones de las casas que rodeaban el foro, los vecinos se asomaban y contemplaban a su faraón siendo decapitado. Los gritos de algunas mujeres llenaron de espanto aquella escena trágica y los habitantes se llevaban las manos al rostro para contener sus lágrimas. Los convonianos no obstante eran muy respetuosos con su culto a la muerte, ya que su fe se basaba en la vida después de la muerte. Las cabezas del sacerdote y el faraón fueron cosidas a sus cuerpos y fueron embalsamados y momificados. Sus cuerpos descansarían en unos sepulcros que fueron ocultos en las catacumbas de laciudad.

Imrol cayó, pero Convon estaba desgastada para atacar al sur en un contraataque rápido. Decidieron esperar ahora que los neheratos no tenían un proveedor de armas y ellos se habían hecho con el monopolio militar. No había que correr riesgos, había tiempo para terminar el conflicto, de esta manera asfixiarían a su rival. Pasaron las décadas, y en Convon la inestabilidad política era algo muy notorio. Las alianzas se iban reduciendo y las rivalidades políticas de los reyezuelos aumentaron en constantes celos por acaparar poder. Cada rey decía estar legitimado para gobernar al resto.

De improvisto, una noche, los sonidos de marcha de un ejército despertaron a los vecinos de los pueblos fronterizos al sur, y una caravana de gente con caballos y camellos cargados de bultos y alimentos corría para ponerse a salvo. Los Neheratos estaban atacando, el pánico cundió en la zona. Un ejército inmenso y poderoso había recortado la frontera y estaba acampado en las proximidades de las capitales más importantes del norte. Se hablaba de un gran guerrero entre las filas de los Neheratos que era capaz de envolver en llamas a regimientos enteros y causar terror con su horrible máscara. Los Convonianos armaron un ejército de quinientos mil efectivos reservados para la gran guerra y atacaron al invasor. Todos los reyes de Convon estaban en la batalla para presumir de su poder bélico, algo propio de su carácter.

El ataque fue un destre. Todo el ejército norteño fue destruido y pasado por las armas y sus reyes y gobernantes fueron capturados. El gran guerrero anónimo resultó ser el mayor mago que jamás había visto el mundo hasta entonces en esa región. Su nombre era Hilenkemón, el príncipe fugitivo. Jamás se podían haber imaginado que se uniera a los neheratos, pero realmente no fue así, primero invadió al pueblo más belicoso y difícil de gobernar, y después, una vez unificados los neheratos en una sola corona atacó por sorpresa al otro.

Hilenkemón consiguió que los reyezuelos rápidamente se rindieran a él y le juraran lealtad, tal como había conseguido años atrás invadiendo a los Neheratos con un pequeño ejército mercenario que reclutó con las joyas familiares que se consiguieron salvar del asedio a su reino natal. Los pueblos del norte y del sur fueron finalmente unificados y alzó a los muertos recientes en la batalla para formar parte del ejército del reino unificado de Khemri. Además proporcionó a los habitantes del reino el don de la no muerte para poder así expandirse por el ancho mundo y conquistar todos los pueblos. Esta civilización había alcanzado la inmortalidad y ahora eran imparables.

El poderoso príncipe había estudiado desde su infancia los conocimientos de su padre, burlando así a la muerte durante siglos, pero su cuerpo y el de los habitantes de Khemri mermaba y se consumía con el paso de los siglos, pareciendo ahora malditos esqueletos animados, que vagaban por el mundo. Carecían de una eterna juventud. La población empezaba a dudar de la divinidad del rey y se sucedieron rebeliones en el reino que fueron sofocadas por la espada.

Un invierno, una gran horda de los pieles verdes del norte descendió a Khemri y destruyó a la mayoría del ejército de Hilenkemón. Éste, al acabar la batalla con los orcos, comprobó que esta forma de no vida no podía continuar así ya que eran demasiado débiles. Vencieron a los orcos, pero el desastre fue tal que tuvieron que replegarse a Urth, una ciudad muy pequeña ubicada al noreste y perdieron el resto del reino, que más tarde otros gobernarían con el nombre de Nehekara. Llegó a Urth el ánimo de conquista tras escuchar al oráculo, al cual consultaban a diario para preguntar a los dioses cuándo les sería devuelta su gloria de una edad pasada, ahora arrebatada. Decía que un dios había redepositado un poderoso objeto mágico que se halla al norte, en los Reinos Fronterizos, codiciado por el poder que podrían obtener del mismo por varios generales de diversos nuevos reinos surgidos no hace mucho tiempo, y con el cual podrían retornar a su anterior vida. Según parece, un nuevo imperio humano muy poderoso ha surgido al norte del continente y se dispone a obtenerlo. 


¡Esperemos que os haya gustado!

sábado, 1 de febrero de 2014

Novedades - Los enanos han vuelto...

Como se venía rumoreando, por fin y tras más de 8 años GW ha decidido renovar enanos. Y no será una renovación al uso, porque con enanos se inicia una nueva estrategia de renovaciones (junto con la nueva versión de la white dwarf) en la que en vez de salir todo de una vez a principio de mes se irá repartiendo a lo largo de distintas semanas. Así, el próximo sábado 8 de febrero tendremos a...





Belegar Martillo de Hierro
BELEGAR, Rey de Karak Ocho Picos, en plástico.
Matadragones
Un matadragones, también en plástico,
Martilladores / Barbaslargas
y los nuevos martilladores/barbaslargas.

próximamente llegarán más novedades, entre ellas un nuevo libro, y quién sabe qué otras sorpresas...